Archivos de la categoría ‘novia’

Buenas noches a todas:
Me iba ya a a dormir, pero me he puesto a repasar las últimas cosas del viaje y mirad, me he decantado por escribir un poco.

No os podéis imaginar las ganas que tengo de este viaje. No sólo por el hecho de viajar, conocer y ver cosas tan bonitas como las que Italia ofrece… ¡Sino porque nos las merecemos!

Han sido unos meses de mucho trabajo y mucho estrés. De mucho madrugar y mucho escribir… Pero el resultado ha sido tan satisfactorio, que sólo pensar en el, me hace sonreír.

Estos últimos meses he acabado la novela que tantas veces escribía en mi cabeza. Por fin, he dado rienda suelta a mi imaginación y puedo decir que ya está acabada. Aunque claro, hay que repasar y mimar aún un poquito más.

No contenta con escribir la novela que tanto deseaba, también escribí un relato que ha sido genial. Me levanté un día con ganas de escribir y bueno, ahí está ese relato de más de 50 páginas… Ojo, también está aún en la incubadora esperando a los últimos retoques.

Los preparativos de la boda, así como los viajes a mi tierra para organizar las cosas y por supuesto ver a la familia y a nuestras dos sobrinas, también nos ha robado mucho tiempo y quebraderos de cabeza, aunque nos han dejado tantos buenos recuerdos y nos ha permitido imaginar tantísimas cosas…

Así que sí, mañana empiezan las vacaciones en las que sólo quiero disfrutar de mi chica mientras conocemos Italia. Solas ella y yo, sin madrugones para ir al trabajo, sin exámenes ni apuntes, ni atascos en hora punta… Solas ella y yo paseando por la Lombardia. ¿Qué más puedo pedir.

Nos vemos!

¡Un año! Sí, ese es el tiempo que ha pasado desde mi accidente de moto. Un año, con todos sus días y cada uno de sus minutos. Un año que ha sido muchas cosas, pero en ese aspecto, ha sido un año difícil.

Ha sido un año lleno de rehabilitación cada tarde, de médico cada semana y de infiltración cuando era necesario. Ha sido un año de intriga y nervios por saber si mi dedo volvería a estar bien. De saber si mi muñeca era la causante de todo. Ha sido un año difícil.

Pero ya está, 365 días después aquí estoy, tecleando estas letras para quien esté al otro lado. ¿Os parece poco? A mí no, para que os voy a engañar. Podía ser todo diferente, por supuesto, pero es así y yo me siento regalada.

Así que, por favor, tener cuidado. No somos invencibles, ni somos heroínas ni héroes. No somos inmortales. Somos nosotras mismas. Y sí, esto puedo tener fecha de caducidad. No penséis que las cosas solo les suceden a los demás y que nosotras estamos cubiertas por un halo que nos protege. Las cosas suceden. A veces te suceden a ti y otras no. A veces a alguien cercano a ti, a algún amigo o familiar. A veces suceden cosas buenas y otras no. Pero siempre suceden cosas. No os arriesguéis.

Lo importante no es quien corre más o quien tarda menos en llegar a un sitio. Lo importante no es la velocidad, ni tener más o menos cabeza. Lo importante es llegar. No solo para ti, por supuesto, también para quien te espera. Siempre te espera alguien. Siempre hay alguien que espera por ti, que espera que no te pase nada, que espera en casa calentando las lentejas.

Para mí, no merece la pena. Para mí merece más la pena quien me espera. Así que yo no corro, no arriesgo y no hago cosas sin sentido. No lo hacía antes y no lo haré ahora. Sí, es cierto, he tenido un accidente. Sí, es cierto, no fue culpa mía. Pero lo tuve. Intentaré estar más atenta y por supuesto, el resto de los conductores. Nos puede pasar a cualquiera, por eso es importante extremar cada uno su prudencia.

No hay nada más importante que llegar a casa y besar a mi chica, aunque llegue cinco minutos tardes, aunque llegue con el buzón de voz lleno de mensajes sin atender, aunque llegue cabreada por el tráfico. Se que cuando abra la puerta y la vea, veré que ha merecido la pena.

Hace unas semanas, mientras compartía un café y una charla de lo más animada con una “nueva amiga”, salió el tema de la salida del armario.

Hay tantas historias, como personas. ¿Cuántas historias conoces? ¿Cuántos finales felices? ¿Cuántas preguntas que se quedan sin responder? ¿Cuántos abrazos y besos por parte de la familia? Cada uno tiene una historia que contar… Esta es la mía.

Cuando a lo largo de esa charla, mi “nueva amiga” me preguntó si yo, ya estaba fuera del armario y le respondí que sí, la siguiente pregunta no se hizo esperar. “¿Cómo fue?”, me dijo…

Pensativa y reflexionando sobre lo que iba a decir, la miré y le dije: “Lo mejor para no salir del armario, es no entrar”. Ella me miró como quien no entiende la lengua que hablo y me volvió a preguntar. “¿Eso cómo es?”.

Yo jamás he salido del armario en mi casa. Nunca me ha hecho falta y nunca he tenido intención. Creo que la mejor manera de que te traten con total naturalidad, es comportarte tu así, natural.

Nosotros somos tres hermanos, tres conmigo. Siempre he recordado cuando alguno de mis hermanos comenzaba a salir con alguien… Jamás llegaban a casa y decían “Papá, mamá, mi nueva pareja…” ¡¡NO!!

Ellos en verdad, simplemente salían. Simplemente se dejaban ver. Simplemente invitaban a esa nueva persona a casa, a comer, a ver una peli. Simplemente coincidían con el resto de la familia por la ciudad. Simplemente la mencionaban en casa mientras comíamos. Simplemente enseñaban un regalo que les había hecho, una fotografía o nos consultaban y nos pedían consejo sobre algún tema referente a su nueva pareja… Los demás, solo asentíamos.

Hay cosas tan obvias, que no necesitan explicación.

Eso hice yo. Comportarme como mis hermanos. Ni mejor, ni peor… Igual.

Hay cosas que los padres saben desde siempre, creo. Además, de que nunca les he dado motivos para que duden sobre ella.

salir-del-armario-LGTB-Sarah-Abilleira-Ponte-en-mi-Piel

Recuerdo cuando llevé a mi chica por primera vez a mi casa, a conocer a mi familia, a mis hermanos, a pasear por mi ciudad… En mi casa nunca hubo ninguna duda… Todo el mundo sabía que no era mi amiga, ni una compañera de trabajo. La química, las miradas y la complicidad que no se esconde, ni se debería de esconder, grita demasiado. Todo el mundo lo sabía. Siempre he querido que todo el mundo lo sepa, ¿por qué no iba a quererlo?

Por eso para mí, la mejor manera de salir del armario, es no entrar. Si no te metes tu solo, no tendrás que salir. Si tu naturalidad puede más que tu miedo, te aseguro que no tendrás por qué dar explicaciones, ni tener miedo a hablar con tus padres. No entréis en el armario y deis tres vueltas a la llave, porque os costará un mundo salir.

Hace unos meses mi madre me habló por primera vez sobre mi homosexualidad… Hace unos meses mi madre me sacó el tema para decirme que no podía haber elegido mejor, que ella es tan increíble que están todos encantados… Que se nos ve tan felices, que la gente que está a nuestro alrededor lo sabe con solo vernos.

Hace unos meses mi madre me preguntó por planes de futuro, por boda, por niños, por fecundaciones in vitro.

No entréis en aquel sitio del que después querréis salir…