Archivos para junio, 2016

¡Qué difícil fue llegar hasta el hotel! 

No por nada en particular, sino porque parecía que era imposible.

Primero, nada más aterrizar, estuvimos un buen rato dentro del avión, porque al parecer no había sitio donde «aparcar», y claro, después de 12,30 horas de vuelo más el vuelo de Barcelona a Madrid que nosotras llevábamos, eran ya muchas horas, y estábamos deseando llegar y darnos una ducha.

No penséis qu en tierra firme fue la cosa mucho más rápida… Primero vino las aduanas y los controles de pasaporte. Mi chica g yo lo hicimos juntas y le explicamos al funcionario que estábamos casadas. Fue todo muy bien, lo único que había mucha gente y tardamos.

También tardó en salir nuestra maleta por la cinta… Pero al fin salió y con todos nuestros bártulos y nuestra ilusión salimos, al fin a la calle.

Habíamos alquilado un coche para poder movernos bien por todos los sitios. Para llegar a la zona donde se encuentran las emprendas de alquileres de coches, tienes que coger un autobús, aunque está muy bien explicado. Has de seguir los carteles que indican «rental cae» y que te dejan en una parada de autobús.

Al fin con nuestro coche y con nuestro seguro a todo riesgo, nos dirigimos a Hollywood… ¡Qué ganas!

El camino, aunque con tráfico, lo hicimos sin ninguna dificultad. Al final llevó el coche mi chica, que es muy valiente para estas cosas, y yo indique, que se me da muy bien.

El hotel está tan cerca de Hollywood Blv, que tuvimos que atravesar por ahí, disfrutando de una de las atracciones más famosas de LAX, el paseo de la fama.

Se había hecho de noche y estábamos realmente cansadas, por lo que salimos a buscar aparcamiento para el coche, que de 20-8 es gratuito y nos fuimos a cenar.

Una amiga nos recomendó cenar en Hooters, muy cerca del teatro chino, por lo que allí nos dirigimos, muertas de sueño y de hambre.

Cenamos muy bien y las camareras muy simpáticas

Hamburguesa y nachos de Hooters


Mañana iremos al Downtown y veremos todo el centro de LAX, su calle Olivera, el auditorio… Y por la tarde queríamos ir a Santa Mónica y Venice… ¡Iré informando!

Lo cierto es que, he dejado muchas cosas sin contar… Cosas realmente importantes, como la boda. Pero para eso habrá tiempo, os lo aseguro. Ahora quiero hablar en presente, y contaros lo que ahora mismo, estoy haciendo…
Creo que siempre tuvimos claro dónde sería nuestra luna de miel… Bueno, siempre no, desde el verano pasado. Lo cierto es, que el septiembre pasado íbamos a hacer este mismo viaje… Pero en febrero mi hermana nos dijo que estaba embarazada y que la sobrina nacería en septiembre, por lo que decidimos posponerlo…
Hoy comienza nuestra luna de miel, hoy miércoles 29 de junio del 2016…. Hoy, haremos realidad uno de los viajes más esperados.
A las 06:00 sonaba la alarma, y apesar de la ilusión t de los nervios del viaje, el cansancio dominaba nuestro ánimo. Solo después de una ducha y un café bien cargado, fuimos realmente conscientes del día que era… ¡¡era 29!!
Mis suegros venían a recogernos a casa sobre las 06:45 para llevarnos en volandas hasta el aeropuerto de Barcelona, y así poder facturar y recoger nuestros billetes.
La cola hacia los mostradores de Iberia era inmensa, y más aún si solo hay un café despertando tus entradas. Pero lo conseguimos, y tras realizar todas las gestiones, pusimos rumbo a Madrid para coger, ahora sí, rl avión que nos llevaría de camino a Los Ángeles, nuestro primer alto en el camino.
Tras unas cuatro horas de vuelo y después de haber comido el menú del catering y de hasta haber tomado café, la gente ha comenzado a relajarse y se han podido oír varias respiraciones profundas, ya me entendéis. Es entonces cuando he sacado el teléfono y he comenzado a escribir… No sé cuando podré subirlo al blog, pero como muy pronto será ya en la madrugada del día 30, puesto que llegaremos al aeropuerto de LAX sobre la 01, teniendo después que ir a recoger nuestro coche de alquiler e ir dirección a West Hollywood, donde está nuestro hotel.
Había descargado un diario de viaje… Pero parece que no funciona del todo bien, por lo que intentaré ir escribiendo s través del blog nuestras aventuras por la tierra del tío Sam.
En España son las 17:50 por lo que estaréis disfrutando de una magnífica tarde de verano, mientras yo surco los mares…
¡¡Ay, qué de horas quedan de vuelo y qué ganas tengo yo de llegar!! El vuelo son 12 horas y media, por lo que solo hemos completado la primera parte… ¡Ya no queda nada! Casi puedo ver ya la noria en Santa Mónica…
Escribiré más y subiré fotos….

Un besazo bien fuerte desde la costa oeste de EEUU.

Lo reconozco… Preparar una boda, no es fácil. Lo cierto, es que nunca pensé que lo fuese, pero tampoco pensé que fuera tan… ¡estresante!

Pero por muy estresante que sea, resulta realmente maravilloso… ¡es nuestra boda! Cada uno de los detalles que hay dentro de una boda, ha sido elegido democráticamente (bueno, casi siempre) y tiene un porqué… Un porqué que no todo el mundo conoce o que no todo el mundo entiende, pero tiene un sentido, está por algo…

Es genial elegir la música, por ejemplo. Mi chica viene hasta mi escritorio y se sienta sobre mis rodillas… “Busca esta canción, a ver que te parece…” Y así, buceando entre nuestros recuerdos, nuestras bandas sonoras y nuestras secretos confesables, elegimos la música que nos acompañara a la entrada, a la salida, en el intercambio de anillos… Así, sin casualidad.

Es mágico preparar cada una de las cosas nosotras mismas, poniendo tanto mimo en cada uno de ellos y mandando millones de mensajes para quien quiera leerlos, o sepa. Me gusta las cosas que no están hechas al azar, que se pueden explicar, relatar e incluso mostrar. Así es cada una de nuestras cosas, de alguna manera únicas, como un recuerdo.

 

pareja-de-novias

 

He tenido varios días “importantes” en mi vida pero ninguno comparable a una boda. Cuando tengo uno de esos días, me gusta anunciarlo a bombo y platillo. Me gusta colgarme del teléfono y avisar, contar e invitar a mi gente. Porque siempre me gusta estar rodeada de mi gente, siempre, pero en un día especial ya no es una cuestión de gusto o de preferencia, se trata de necesidad. Les necesito a mi lado, sentirles cerca.

Por eso, para el día de nuestra boda les queríamos a todos cerca, muy cerca. Pero a veces, cuando preparas días tan grandes, tan importantes, tan necesitados de tú gente, corres el riesgo de sufrir cuando no están. Y eso es lo que nos ha pasado, particularmente a mí, nos hemos caído. Porque, hay cosas que se pueden explicar y entender, cosas que son normales y por lo tanto asumibles, cosas que con solo mencionarlas no tienes que justificar… Pero después hay otras cosas, que no se pueden justificar, Justificar una mentira es decir una verdad.

La verdad duele, duele mucho. Pero duele más el hecho de que alguien a quien quieres tanto y a quien valoras, no “quiera”, “pueda” o simplemente “Te mienta” para no estar en tú día… Eso duele más, la caída de un mito.

Lo cierto es que, cuando estas cosas pasan, que a todos nos han pasado, siempre nos fijamos en esos que no están, que nos han fallado y que nos han mentido… ¡Qué gran error! Si te han fallado pudiendo evitarlo, ya han quedado retratados. Debemos quedarnos con aquellos que, pudiendo no ir, han hecho todo lo que estaba en su mano para estar allí ese día. Porque puede que para nosotras sea muy importante rodearnos de toda nuestra gente, pero para algunas personas es igual de importante acompañarnos ese día. Esas personas, esas y no las otras, son las que merecen este post, las que merecen todos nuestros agradecimientos y todos esos detalles que nos quitan tanto tiempo y nos llenan de nervios. Por ellos.

Porque no es fácil nuestra situación, lo sabemos. Vivir en Barcelona y celebrar la boda a 800 km de aquí, es una putada. La familia y amigos que tenemos aquí, en Barcelona, se tienen que trasladar con todo lo que ello conlleva, dinero, tiempo, pedir días en el trabajo… Muchas cosas. Y sin embargo, lo hacen.

Cuando yo llegué aquí a Barcelona sola y comencé a salir con mi chica, enseguida noté como toda su gente me “adoptaba”, ya no era una más que pasaba por allí, sino que era parte de un gran grupo, de una gran familia.

Lo cierto, es que yo soy muy familiar. Adoro una mesa grande, llena de sillas y de gente. Adoro un salón lleno de juguetes, gente corriendo, millones de conversaciones entrecruzadas… Lo cierto es que, yo echo mucho de menos a mi familia, mucho. Pero gracias a la familia y amigos de mi chica, he logrado tener parte de lo que allí dejé. Por eso mismo, porque les considero familia, quería tenerles cerca ese día… Y están, ¿qué más puedo pedir?

Por todos aquellos que sí cogeréis un tren, el coche o incluso el avión. Que os habéis tenido que coger el día libre en el trabajo. Que os habéis gastado una pasta entre todo… Gracias, de corazón.

Compartir ese día con todos vosotros es muy importante, pero saber que en realidad sois lo que siempre habíamos pensado, es más grande aún. Sois nuestra familia.

Os queremos.