Llevo unos días un poco indignada… Llevo unos días intentando hacerme a la idea de las cosas que he leído, de las noticias que han llegado hasta a mí, intentando darles forma, intentar comprender el porqué de estas cosas…Pero lo siento, no encuentro ninguna explicación.
Hace unos días salió en todos los telediarios la mega manifestación que se produjo en París, en la mismísima ciudad de la luz y la ciudad del amor, en contra del matrimonio igualitario. Qué contradicción ¿verdad? La ciudad de la luz y la ciudad del amor en contra de algo tan bonito como es que dos personas, independientemente de todo, se quieran.
París siempre ha sido una ciudad muy importante y Francia un gran país y sin embargo cientos y cientos de personas se congregan en la capital para manifestarse. No lo entiendo…
No entiendo porque en pleno año 2013, en pleno siglo XXI, tengamos que estar todos nosotros luchando y peleando por nuestros derechos. ¡Ojo! Digo nuestros derechos, por supuesto. Porque lo son, ¿O acaso alguno de nosotros somos distintos al resto? ¿Acaso alguno de nosotros no cotiza y no paga sus impuestos? ¿Acaso alguno de nosotros se quiere aprovechar o sacar partido de su condición? ¿Verdad que no? Somos iguales, pero en lo bueno y en lo malo, para disfrutar y para pagar, para todo.
Si a alguno le da por revisar la Declaración de los Derechos Humanos, donde se supone que se recogen todos los derechos de todas las personas sin importar nada más, dice en su artículo primero ( fijaros si es importante ):
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Así que, que no nos engañen ahora. Nacemos libres e iguales en dignidad y en derechos. Si a mí me cuestionan por mi orientación sexual y se me excluyen derechos por esta condición, están afectando a mi dignidad y a mi sentir como persona.
El artículo 2 dice y cito textualmente:
“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole […]”
No soy abogada ni mucho menos, pero me ha quedado muy claro.
Me imagino que mucha gente puede desconocer mil detalles sobre la vida de cualquier homosexual, lo puedo imaginar, pero ¿Qué quieren o necesitan saber? No hay nada. Un homosexual es simple y llanamente una persona que se siente atraída por una persona del mismo sexo. Y lo más importante de la definición que he dado es “persona”, pero es lo primero que se le olvida a muchos.
Sí, soy lesbiana, sí, soy mujer y sí, quiero mis derechos. Porque yo cumplo con las obligaciones que tengo, ¿por qué entonces no voy a poder disfrutar de los derechos que me son intrínsecos por el mero hecho de ser persona? Porque no hay que olvidar, que según la Declaración de los Derechos Humanos todas las personas tienen esos derechos desde que nacen, por el mero hecho de nacer, de ser personas, de ser uno más en este mundo…Tienen esos derechos. Sin luchar, sin pelear, sin que tengan que aprobar ninguna ley ni ninguna medida… Los tienen, son suyos.
Estoy harta de leer que ha habido un nuevo suicidio, un nuevo caso de homofobia, un nuevo caso de discriminación, de violencia, de acoso escolar… ¿A dónde queremos llegar? No creo que sea tan difícil de entender… ¿O sí?
Mirad, yo no elegí ser lesbiana, no lo elegí. Quizá, si fuera heterosexual mi vida sería mucho más fácil, eso seguro, ¿pero sabéis qué? Que aunque parezca raro, aunque no queráis creerme, os aseguro que hoy por hoy no cambio nada de mí. Así de claro. Estoy orgullosa de ser quien soy y de cómo soy. Con todos mis matices, con todos mis defectos, con todas mis virtudes, con todas las metas que he conseguido y con la certeza de que esta noche cuando vuelva a casa me acostaré al lado de la persona más maravillosa que me ha brindado la vida, una mujer, la mía.
Así que, le pese a quien le pese, le duela a quien le duela, soy así y no puedo cambiar (OJO) y no quiero cambiar. El que quiera tenerme a su vera, día a día, me tendrá y quien no entienda que dos personas del mismo sexo puedan ser pareja o quererse o… que no esté a mi lado, ¿sabéis por qué? Porque soy yo la que no quiero tener cerca a alguien que, primero, no me acepta a mí ni a mi pareja, segundo, infravalora a las personas que pertenecen a esta comunidad, que son muy grandes y valientes y tercero, ha perdido todo mi respeto como persona, porque es el primero que no respeta, que no acepta y que no nos quiere.
Gracias, como siempre, y perdonar el “sermón” Pero es que llevamos una semana de malas noticias para la comunidad LGTB… que no puedo con ello. Ojalá llegue el día en que este tema pertenezca al pasado y no se tengan que dar miles de explicaciones. Ojalá llegue el día en que este tema, no sea un tema.
Un saludo, muac.