Posts etiquetados ‘lgbt’

Es curiosa la fuerza que tienen ciertos mensajes que son capaces de recorrer, traspasar y saltar cualquier umbral por resistente que este sea. Esta es la única explicación posible a que tu llegada a este mundo se adelantara tanto, que mis mensajes tenían además del ímpetu, la osadía de perforar y atravesar la piel que te aíslala y te protegía del mundo, la de tu madre.

Creemos que ese aislante es capaz de darte el mayor y más confortable cobijo, que a la sombra de tu madre poco puede pasarte, casi nada puede llegarte y que estás más seguro que alguien seguido por una veintena de guardaespaldas. Pero no pensamos que los decibelios que transmiten los mensajes de necesidad y de ganas, son capaces de disolver un diamante, atravesar una cámara acorazada y de calar el material más impermeable del mundo, porque hay mensajes que sí han de llegar a su destinatario.

Fueron muchas las semanas que pasamos hablando como en un vis a vis, separados por una cortina de humo que es capaz de dejar pasar las emociones pero impide que el roce de la piel ponga la piel de gallina. Nunca nos ha importando la distancia ni que estuvieras oculto, al otro lado del ombligo, por lo que siempre entrabas en todas nuestras conversaciones y en todos nuestros planes, no podía ser de otra manera. Hablábamos de ti y también contigo, aunque ahora me es imposible crear la imagen mía hablándole a una barriga llena de amor…

 

_DSC0202ññ

 

 

Es difícil esperar algo que, aunque sabes que va a llegar, tiene una fecha prefijada. El tiempo se vuelve caótico porque a la vez que parece que ha volado, sigue quedando mucho para llegar al final de la espera.
El día 23 de diciembre del año pasado tu madre rompía aguas de madrugada. Era sábado y nos habíamos acostado tarde porque nos habíamos quedado viendo la televisión, a pesar de que yo trabajaba al día siguiente.
La extraña sensación de saber que ese mismo día te veríamos, aún hoy me eriza la piel cuando lo pienso.

 

IMG_5059

 

Los mensajes llegan, aunque vayan en una botella río abajo o en una carta sellada con carmín, llegan. Lo importante de los mensajes no es el medio en el que se esconden o la apariencia que tienen, sino la intensidad y la fuerza de lo que transmiten.

Yo estuve desde el día 27 de abril hablando contigo, Saúl. Te hablaba de tal manera que a veces, no hacía falta articular palabras o mover los labios, los mensajes llegan.
Hay un mundo o quizá dos entre un hijo y sus madres, pero mis palabras y mis ganas fueron más fuertes que todo eso, pudiendo reducir la distancia entre esos dos mundos.

Bienvenido Saúl, el mundo es tuyo.

Hay días en los que sientes como el orgullo te invade, la respiración se te acelera y el corazón se te precipita, mientras vives con la normalidad que intentas aparentar en el escaparate de la vida.
Coges aire y notas como revolotea entre tus pulmones y ese músculo que no hace más que latir con firmeza, pero te sientas a salvo y y sientes que sobrevuelas sobre tu propia sombra y el ayer ya olvidado. Sientes y percibes, callas y gritas, concibes y dispones, creas y te recreas en lo más grande que un ser humano puede crear, vida. Orgullo de vida, orgullo de tu vida, el orgullo de mi vida.

El amor reproduce y se reproduce en amor. El amor crea amor y cae en él, como un bebé que aún comienza a tambalearse sobre dos piernas poco firmes. El amor llama al amor desde prefijos nacionales y universales, sin poner el manos libres y sin tener que responder, sólo basta con descolgar el teléfono y conectar la llamada. El amor limpia y pule las almas, las mejora y las depura, eliminando aquello que no ayude a crear ni a acrecentar la vida, limpiando las impurezas y el musgo que a veces crece en las partes más sombrías de nuestros corazones. El amor dibuja y esboza, recolocando los trazos que habían quedado desubicaos o fuera de cobertura, añadiendo la originalidad y la vida, la inocencia y las ganas, el aliento que se necesita para continuar y el camino para andar… El amor te da y te proporciona el cielo bajo el que vivir, sin importar la nubosidad o los grados, sin importar a qué hora amanecerá hoy, finales de octubre porque tienes lo más importante, el techo bajo el que ser feliz.

Hay días que los sentimientos se me agolpan en el pecho y tengo la necesidad, la imperiosa necesidad de gritar al mundo lo que se me mueve por dentro y me hace tantas cosquillas que la sonrisa no se me borra de la cara. Hay días, que el orgullo y la felicidad dibujan la felicidad en mis ojos, que jamás han sabido mentir a quién busca la verdad en mi mirada. Hay días que ni la afonía más grave podría evitar que grite todo aquello que estoy viviendo…

Nuestro pequeño Saúl ya suma 1.600 gramos de amor, ternura y huesecillos. Nuestro pequeño Saúl ya está bien colocado dentro del vientre de su madre y crece a un ritmo maravilloso y perfecto. Nuestro pequeño Saúl se ríe mientras espera a cumplir las semanas necesarias para llegar y cambiar el mundo, nuestro mundo, y se mueve sin parar, agitando sus piernas y sus brazos, haciendo que mis manos no quieran separarse de la piel que le cuida y que su madre no pueda dormir más de un par de horas seguidas.

Algún día, más pronto que tarde, te podré decir lo orgullosa y fuerte que me has hecho sentir, a pesar de que aún no puedo ni cogerte la mano. Algún día te contaremos tu madre y yo, lo felices que estamos desde aquel pasado y lejano 27 de abril en el que las dos líneas rosas cambiaron el destino…

El tiempo es el elemento más importante para que cualquier cosa germine y florezca, madure y levante cabeza. El tiempo es imprescindible para ser conscientes del valor de las cosas, primeramente a nivel individual o separado, y posteriormente en su conjunto. El tiempo es aquello que crees que te sobra, porque el calendario de tu cocina tiene muchísimas páginas aún por arrancar, mientras trabajas a destajo por aquello en lo que crees. El tiempo llega, para todas, y a veces crees que no estás preparada, que necesitas unos días más o quizá unas semanas. No importa, el tiempo está ahí, disponible, ¡úsalo!
El tiempo llega, para todas, y en ocasiones miras tu reloj de pulsera y afirmas, es tu hora. Es la hora. El tiempo ha llegado, siempre llega para los que saben esperar.

No os podéis hacer una idea de las ganas que tenía de poder presentar en sociedad mi última novela. Estoy deseando hablar de ella, explicaros de qué va o enseñaros la portada. ¡Es su hora!
Supongo que cualquiera que escriba un libro sentirá esas mismas sensaciones y ganas de gritarle al mundo que su obra ya está disponible, que después de todo el trabajo, revisiones, fotografías posibles para la portada o títulos pensados, está lista.

Así que hoy os avanzo mi nueva novela que llevará por título SALIDA 6 y que estará disponible muy pronto.
Creo que de todo lo que he escrito hasta ahora, esta novela es lo que más me representa y a lo que más tiempo he dedicado, sin duda.
La historia en sí lleva persiguiéndome mucho tiempo, quizá demasiado. Por ese motivo empecé a escribirla hace mucho tiempo también. Podría afirmar, sin equivocarme, que es probable que la novela lleve escrita más de dos años y que durante este tiempo solamente me halla dedicado a releer y corregir.
Cuando algo te gusta y te importa de verdad, como esta novela, le dedicas todo el tiempo que creas conveniente. Y para alguien como yo, nunca es el conveniente, siempre puedes hacer más, arañar más minutos o hacer una última lectura.
Durante un tiempo era capaz de continuar la lectura de la novela sin tenerla delante. Habían sido tantas y tantas veces, que ya me sabía qué frase continuaba. Es por este motivo que la guardé en un cajón durante mucho tiempo, intentando poder leerla de nuevo y descrubirla, también sus fallos.

Aquí os dejo una foto con el libro y la portada, no os hacéis una idea de la ilusión que me hace. Estoy deseando que llegue el lanzamiento… ¡qué poco queda!

 

Salida 6

Salida 6, nueva novela de Noelia Blanco.

Envidio como tu madre puede sentirte en su interior, saber cómo y cuándo te mueves, conocer si tienes el día regular o si por el contrario, estás tranquilo. Envidio que te note, que te sienta como parte de ella, su parte más importante.
Pero hoy te he sentido, y aunque no lo creas, no era la primera vez.
Desde que el pasado abril supiéramos que estabas ya con nosotras, te siento cerca. Se que estás, que nos acompañas, que nos escuchas y que nos sientes… Pero no ha sido hasta hoy cuando has respondido a mi cercanía con la tuya propia.
Hoy, cuando veíamos la televisión en el sofá y acariciaba la barriga de tu madre, como suelo hacer siempre, te moviste y mi mano, mi palma y mis dedos, notaron como te moviste traspasando la piel, y lo que no es dermis, hasta llegar a mis terminaciones nerviosas y acelerarme el corazón.
Aparté la mirada de la televisión y la dirigí como un resorte hacia tu madre, que sonriendo me preguntó si te había notado… ¡Sí! Si te he notado… te he sentido tan cerca, que no te imaginas la emoción que me has causado…

Hace un par de días o quizá tres, tu madre me envió un audio increíble.
Yo estaba apunto de salir del trabajo y de volver a casa con vosotros. Sonó el móvil y tras desbloquearlo escuché el mensaje.
Tu madre, con voz adormilada y la emoción bien despierta me explicaba cómo se había despertado al sentir que te movías.
Me explicaba que te sentía perfectamente, que tus movimientos eran claros y contundentes, y que era una sensación increíble como le habías removido el sueño y la vida.

He guardado ese audio Saúl, para que llegado el momento entiendas lo que ha significado cada paso que hemos dado juntos. Desde el magnifico positivo que nos cambio la vida, hasta un pequeño movimiento que nos desvela y nos despeina el alma.
Seguiré acariciando la barriga de mamá en tu búsqueda, así que no te hagas de rogar y déjame sentirte, tocarte y palparte, porque hasta que vengas en enero, se me va a hacer cuesta arriba.

No entiendo cómo el día del Orgullo puede ser un día que cree tantos sentimientos encontrados entre la población. Puedo entender que haya gente que esté más a favor que otra, pero no logro entender cómo hay gente que critica, odia e intenta desprestigiar este día, cuando no es más que un día para reivindicar y seguir luchando, en ningún momento se debe de usar este día como nada más que esto.
Año tras año me veo en la necesidad de tener que explicar, según mi propia opinión o mi forma de ver el mundo, porqué es necesario que se siga celebrando y porqué es necesario aún. Siempre hay alguien que me pregunta o que directamente me afirma que este día solo sirve para que haya ciertas personas que se desnudan y que salgan a la calle a “provocar” al resto. Siempre hay gente que me afirma que este día es puro cachondeo pero en las calles de la ciudad, no escondido en un sótano…
¡Queda tanto por hacer!

 

Procuro respetar a todo el mundo, sus creencias, sus opiniones, su forma de vida, sus decisiones… Pero no las comparto en ocasiones, y por eso no puedo defenderlas. Cuando alguien desde el respeto me explica que ciertas cosas sobre el día del orgullo no le gustan o sobre mí, o sobre alguna decisión que yo he tomado, acepto sus comentarios y los valoro. Cuando el respeto se pierde por el camino, conmigo ya no hay mucho más que hacer.
Puedes estar o no a favor de cualquier cosa, pero al menos respeta, aunque te quedes al margen.

Ayer fui testigo como ciertas personas e incluso plataformas o grupos lanzaban imágenes “cuestionables” para criticar el día del Orgullo, supongo que así es más fácil, ¿cierto?. Pones una imagen poco apropiada o fea y explicas que este día no sirve para luchar o reivindicar, si no que es un día más de fiesta y lujuria, ya.
Ignoro cuantas personas se han lanzado este año a ir a Madrid para celebrar el World Pride, pero supongo que son miles y miles, y ciertas plataformas sacan un par de fotos de un par de personas haciendo cosas “poco apropiadas” para un día en el que deben de primar las reinvindicaciones ¿no?, y ¿qué queda de los otros miles y miles de personas que reivindican y luchan manifestándose por la libertad sexual y por la igualdad a todos los niveles? ¿Esas fotos no interesan, no venden, no dan pie a críticas? No me vale entonces… No me vale…
Yo no estoy aquí para juzgar si esas imágenes son o no apropiadas para cualquier día, sea o no el día del Orgullo, pero lo que sí creo es que el resto de imágenes que forman el Pride son más importantes porque muestran la realidad del día en sí, la realidad del Orgullo.
Son millones de personas las que se juntan para celebrar el Pride en todo el mundo. Conmemoran un día importantísimo para la historia del colectivo LGBTI pero también para el resto del mundo, o al menos para el mundo que quiere una igualdad real. Seguirá siendo, por desgracia, importante festejar este día y conmemorar todas las cosas que hemos conseguido y las que aún nos faltan por conseguir. El día seguirá siendo importante mientras haya tanta gente que crea que este día solo da pie a lo que da… y sigan sacando imágenes totalmente sacadas de contexto sobre lo que es este día.
Supongo que las imágenes sobre la igualdad, las familias homoparentales, los niños, los derechos y demás, eso no vende porque es lo de siempre, pero ver a una persona ligera de ropa, sí…

 

Dia_del_Orgullo_Gay-Sociedad-Madrid-Manuela_Carmena-Sociedad_187496278_26391301_1024x576

 

Se que no es justo intentar defender una idea criticando otra, pero lo que leí ayer sobre estas imágenes me dolió tanto, que no puedo evitar compararlo, lo siento.
Son muchas las situaciones, fiestas, conciertos, denuncias públicas… que nos explican como ciertas personas HETEROSEXUALES han tenido ciertos comportamientos no adecuados a un contexto, o a la dignidad propiamente dicha, y no se han descontextualizado. No se habla de “la lacra heterosexual que infravalora, viola, pega, insulta… a cualquier otra persona. Se habla de una persona en cuestión, sea quien sea. Porque sus actos hablan por sí mismo. Esto para empezar.
Pero también es importante recalcar que si estos comportamiento inadecuados se dan en el curso de un acontecimiento multitudinario, apenas se da a conocer, porque priman más el resto de cosas que han pasado en ese acto, no la individualidad de uno.

El día del Orgullo, como ya he explicado en el blog y se ha explicado en mil sitios, no surge por aburrimiento o por ganas de juntar a un grupo de personas con ganas de fiesta, no. Surge, como la mayoría de días señalados en el calendario por una lucha, por una batalla, por una reivindicación… Por eso es importante.
Ojalá el día 28 de junio pase a la historia y no se tenga que celebrar más, puesto que todas las personas gozaremos de las mismas libertades y derechos independientemente de TODO. Igual llega el día en el que ninguna persona tendrá miedo en decir lo que siente, ni en mostrarlo en público. Igual llega el día en que en cualquier parte del mundo dos personas se pueden casar sin tener que justificar nada más y sin tener peligro de muerto por ello. Ojalá, mis hijos vean que sus madres son unas madres más, iguales al resto.

Por todo esto, creo que el día del Orgullo debería de ser un día que cualquier persona que busca y quiere la igualdad para TODXS debería manifestarse y plantar cara al odio y al miedo. Cualquier persona debería apoyar una lucha por la igualdad y la diversidad, independientemente de a quién ame.

Y sí, el día del Orgullo cada unX lo vive como quiere, a su manera. Eso que no se nos olvide.

 

 

Silencio…

Me envuelve el silencio a cada paso que doy, me persigue y me retuerce. No consigo descifrar ningún mensaje, solo silencio carente de sentido, carente de melodía, ausente de drama. No hay nada, nada.

Agudizo el oído, me propongo centrarme y concentrarme en mi misma, en escuchar todo lo que tengo que decir, por todo lo que tengo que contar. No hay nada, el silencio ha convertido en gris e invisible mis millones de sentimientos. Tengo atasco de sentimientos, tengo atasco de historias que viven cuando comienzo a quedarme dormida, pero que se silencian por la mañana, mientras me siento frente a este escritorio frío, que siempre había conseguido sacar lo mejor de mí.

Millones de mariposas revolotean a mi alrededor, intentando descentrarme y distraer mi imaginación. No quiero mariposas que engañen mi voluntad y que insten a mis palabras a desaparecer. No quiero que mis palabras más profundas y sentidas, mueran antes de nacer, en un proceso más que doloroso e imprevisible, que surge cuando no te lo esperas y que cuando lo esperas, ya es demasiado tarde.

Me siento de manera mecánica, con el conjunto de palabras, de historias y de sentimientos que quiero plasmar en un maldito trozo de papel, y al contacto con la realidad, desaparecen. ¿Debería de preocuparme?

 

4530930929_afc4a3f9e0_b

 

Timidez en mis palabras, quizá. O simplemente se ha acabado la tinta que brota de mis dedos tecleando historias y pasajes. Quizá se ha terminado todo lo que tenía que contar, todo lo que tenía que expresar, todo lo que yo era…

No me vale, nunca me vale. Siempre quiero más, de todo lo que me gusta, quiero más y más. De tí, dulce tinta, dulce palabras que vacías mi más profundo ser, de ti necesito más, es cuestión de prioridad y de poder continuar.

Lucharé cada palabra y cada historia, cada sentimiento y cada gloria, diré que sí o quizá diré que no, pero todo será luchado y batallado.

Silencio…

Que romperé a base de sentarme y de vaciarme.

Que me hablará en sueños hasta que me despierte.

Que hará que me levante y que os cuente.

Sentimentos, sensaciones, mentiras y medias verdades…

Me enfrento a este folio en blanco con el alma rebosante de burbujas y la voz acallada de timidez y ruido.

Barcelona se ha despertado bajo un cielo oscuro, de los que rompen el compás de la semana y te obligan a cargar con el paraguas. Las gotas que golpean el cristal de mi ventana marcan el ritmo de cada una de estas letras. Llueve en Barcelona, llueve pero no importa si tu alma está recubierta de burbujas y tu ilusión está intacta.

Me siento en mi escritorio y pongo un poco de música para intentar hacer bailar a estas letras, mientras enciendo un poco de incienso que me acompañe en esta mañana otoñal de mayo y me enciendo una vela, que quizá no me alumbre pero me da calor, calor de hogar, de los que mantienen la vida.

22d

No hay días fáciles para los que se rinden, y los que se rinden no viven días fáciles. Muchas veces, más de las que reconoceré, he tenido que cerrar los puños y apretarlos con fuerza para comprobar que aún me quedaba vigor suficiente para seguir.

Muchas veces he cerrado los ojos y respirado hondo tres y cuatro veces seguidas, para contener las lágrimas y la desilusión alejadas, y poder continuar con mi vida.

Muchas veces, más de las que quisiera, he creído que la suerte no iba en mi mismo barco, que la había perdido en alguna tormenta lejana y que, por más que lanzara los dados, jamás sacaría un siete.

Muchas veces… Muchas veces… Pero al final, siempre volvía a la palestra, cogía los dados de nuevo y tras respirar hondo, cerrar los puños y apretar los dientes, los lanzaba hacia el futuro… Siempre hay que volver a lanzar los dados, siempre.

Llueve en Barcelona y el cielo, encapotado y de ala caída me blinda el homenaje perfecto para quedarme en casa y vaciar ese alma llena de burbujas y voz templada pero silenciada.

Llueve en Barcelona, pero a mi alma encapuchada no le importa. Hoy puedo mirar a la lluvia a los ojos y no temblar. Hoy levanto la vista al cielo y aunque la lluvia cumpla con la ley de la gravedad, no me importa. La lluvia solo puede mojarte, nada más. Pero si tu alma te sirve de chubasquero y te cubre, ¿que puede pasarte? Nada, nada malo.

Tómate el pulso. Dedica dos minutos a colocar tus dedos sobre tu muñeca y ver si respiras, si hay pulso, si el corazón sigue bombeando fuerza a través de las venas. ¿Respiras? ¿Late el corazón? Entonces, dale sentido a cada bocanada de aire y a cada paseo de la sangre recorriendo tu cuerpo. Si respiras, si aún hay pulso tienes lo más difícil, la vida.

Tómate cinco minutos o quizá diez, o los que estimes oportunos para valorar la situación. Tienes toda la vida por delante, porque aún hay pulso, por lo que tómate cinco minutos para ver dónde estás y dónde querías estar, porque ambos lugares no deberían distar mucho entre sí y si la distancia es demasiado grande, la tristeza y la culpa quizá carcoman tu corazón de madera. Piensa, valora e implícate en reducir la distancia, en recorrerla, en superarla… Ve dónde quieras ir y se quién quieras ser. No es fácil y seguramente el camino estará lleno de cuestas pronunciadas y de piedras que te dificultarán aún más el trayecto, pero cuando tienes la convicción de querer algo, no hay cuestas suficientemente empinadas ni piedras tan grandes como para no sortearlas a golpe de poder, porque puedes.

Tómate un respiro y deja de pensar por cinco minutos. No todo consiste en sintetizarlo ni en que las neuronas le den el visto bueno. Respira y lánzate, empieza la cabeza por el tejado, lucha sin escudo y saborea el sudor de la adrenalina palpitando en tu boca. La vida no es predecible, ni se puede vivir en automático ni con la quinta puesta. Desembraga y embraga, y no pienses por un instante en nada más. ¿Qué puede pasar? ¿Que el corazón se te cale?

 

Tómate un lunes en broma y un sábado en serio. Porque no todos los días son días de trabajar y generar, y no todos los fines de semana serán días de gastar y quemar. Los días son sólo 24 horas que transcurren juntas, consecutivamente, pero no tienen más etiquetas que las que tú les pongas. Un lunes puede ser el mejor día de la semana si tú te lo propones, aunque te toque madrugar, trabajar y luchar contra el mundo. Tú tienes las etiquetas y también, la grapadora que hará que se cumplan. Grapa tus decisiones al aire y a tu convicción, pero no a los días que manipularán tus horas.

Tómate un te o quizá un café, pero descansa del día, de la vida. Siéntate y contempla. La vida pasa, sí, pero tú estás en ese pasaje junto a ella. Quizá no vayáis de la mano o quizá no os deis las buenas noches a diario, pero vais juntos, como un viajero y su maleta de mano. Sois una extraña pareja que riñe pero que no pueden pasar sin estar juntos, por lo que tómate un té y valora lo que ves, porque no hay más realidad que la que podemos ver. Que nadie te cuente lo duro que es vivir, lo duro que es sufrir, lo duro que es un puto lunes de abril, que nadie te cuente cuentos sobre vivir, vive tú y contempla lo que la vida te da y te quita, lo que la vida te proporciona y te pide a cambio, lo que la vida necesita de ti y lo que tú estás dispuesto a ofrecer. Se siempre tú el que tiene la sartén por el mango y el reloj sin darle cuerda.

Tómate la vida como si fuera un gintonic. Tómatela con alegría y con ganas, porque solo tenemos una y muchos matarían por tener más tiempo, porque el tiempo es el único producto que en realidad caduca y perece, y nosotros con él. Tómatela junto a las personas que más quieres, reúnete con tus amigos, con tu familia y también con algún enemigo, y alza tu copa y brinda por las sacudidas que da la vida. Pero tómatela antes de que el hielo convierta en agua una ginebra sazonada y adornada como una ensalada cesar, porque después, no te sabrá igual. El tiempo todo lo vence, todo lo cura y todo lo convierte en agua o en polvo. No dejes que la vida te cale e impida que te muevas. La vida está para tomársela así, en frío y de varios tragos.

Tómate en serio y escúchate, nadie te conoce como tú mismo, aunque lo quieras negar. Tú conoces tus debilidades, y te aprovechas. Tú conoces tus garantías de éxito, y te aprovechas. Tú conoces tus necesidades, y te aprovechas. Tú conoces el cómo y el porqué, y te aprovechas. Pero aprovecha todo lo que sabes sobre tí mismo para ser feliz y poder aprender como hacer las cosas. Conocerse a uno mismo es lo mejor que te puede pasar, es como jugar una partida de póker conociendo las cartas de tus rivales, tienes media mano asegurada. Sabes cuando ir y cuando plantarte, cuando subir la apuesta o tirar las cartas. Eso amigo mío, es lo que tienes tú de ventaja conociéndote.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Pasa el tiempo, pasa la vida, pasan historias y en todas junto a ti me quedaría. No me importa si la historia trata sobre un viaje o sobre una tarde en casa, sobre un fin de semana de baile y fiesta o sobre una mañana en la montaña, no me importa mientras te tenga cerca.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Los sentimientos gravitan en mi interior haciéndome cosquillas y consiguiendo cambiar mi expresión. Ya no importa si he tenido un día gris y oscuro además de duro, porque las cosquillas consiguen que sonríe y el sonreír te devuelve a la vida dentro de mi. Todo pasa, todo se evapora, todo se va, salvo tú, que en ningún sitio te necesito más que cerca de mi, dentro de mi.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Es tan grande el sentimiento que a veces cuando duermo, me despierta y necesito girarme y abrazarme a tu espalda, para sentirte cerca y besarte la cara. A veces creo que estoy dormida, y que lo he soñado, otras se que estoy despierta porque mientras te observo, procuro no ser descubierta.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Invento, creo, planeo… Cualquier cosa para distraer la vida y que no resulte una acción fallida. No hay dos días iguales, ni más de dos males. No hay discusión que valga que no termine que un perdón. No hay noche que no empiece y termine con una retahíla de besos y confesiones de te quieros. No las hay porque no las queremos y no las queremos porque no nos lo merecemos.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Me conoces tan bien que sabes cuando el día me ha dado más de un vaivén y cuando necesito escaparme en el primer tren. Me conoces tan bien, que cuando necesito a alguien, tú sabes a quién. Me conoces tan bien, que sabes cuando necesito un solo abrazo o quizá cien. Me conoces tan bien porque tú alma vive aquí, en mí, de retén, en medio de las costillas.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada día estoy más enamorada de ti.

Nunca imaginé que el amor sería esto. Amor, que siempre lo comparé o lo equiparé a dolor y que ahora siento que me cubre con una capa que me cuida, en su afán más protector, y que me lanza al mundo sin que sienta yo dolor. Porque gracias al amor, me levanto un lunes de buen humor y lucho por mis sueños, desde los más fáciles a los inalcanzables, porque ya no me para ningún factor. Tengo fuerza, tengo confianza y tengo ganas, la vida se rinde mientras yo pago mis impuestos en la aduana.

Igual no lo sabes, o quizá sí, pero cada estoy más enamorada de ti.

Soñaba contigo sin saber quién eras y mucho menos cómo serías, cosas que ahora me se de memoria y que, me encanta.
Soñaba contigo sin saber dónde vivías, cómo sonaba tu voz en la oscuridad o tu risa en tu inmensidad, pero te buscaba.
Soñaba contigo sin saber si tomabas café o té, si eras vegetariana o si te gustaba el cine.
Soñaba contigo, todos los días, y te buscaba entre brumas y odiseas. Has tenido mil caras, miles de timbres de voz distintos y sin embargo, siempre eras la misma, la misma.
Soñaba contigo desde siempre, como ahora, y para siempre.

Día gris en la ciudad condal, con cielos encapotados de ceniza y con ganas de estallar, como muchas veces nosotras mismas.

La lluvia repiquetea en el cristal, ahuyentando el sueño y quizá, la esperanza. El sonido cristalizado y empapado de oxigeno, que a mí me falta, llama mi atención y capta mi mirada.
La ventana está fría, muy fría. Acaricio su suave textura con mi mano y un escalofrío me recorre desde la nuca hasta el final de la espalda, dónde muere la calma y nace la tempestad.

No hay nadie al otro lado del cristal ¿a quién esperaba? Sonrío tristemente a un reflejo que apenas me devuelve una mueca disfrazada. Lo cierto es que, esperaba encontrar tanto detrás de aquel cristal, que la lluvia que sigue repiqueteando, me taladra muy adentro, dónde no llega nadie, ni una misma.

 

22d

 

Me recompongo de súbito, sin miramientos. No existe la pena, al no ser que la cultives tan dentro de ti, que tú mismo seas el abono y el barbecho. No existe la pena si no le dedicas las noches en vela, ni los días de sueños descafeinados y lunes de 72 horas. No existe. No existe aquello que no está.

Le doy la espalda al cristal frío y empapado de tristeza, gris escandaloso y huérfano de acordes. Le doy la espalda a aquello que consigue que me tiemblen las piernas al dudar de mi misma. No miro atrás, no quiero hacerlo, no he de hacerlo. ¿De qué serviría? No me hace falta comprobar si el miedo me persigue, tampoco me hace falta comprobar si hay alguien esperando. No debo mirar atrás ni comprobar. Se la verdad, porque la tengo dentro, pero cuesta tanto sacarla, que a veces somos nosotras mismas las que tragamos aire y la empujamos hacia el fondo de nosotras, a ese sitio dónde solo llega la desesperanza que te taladra. Sólo un taladro. Muy adentro.

Me siento en mi sofá, necesito tiempo, aunque soy consciente de que lo que más me sobra, es carretilla a mi segundero. Soy fuerte y soy valiente, esto ha de valer para mirar hacia delante sin desear echar la vista atrás, por si algo quedara. Soy valiente, lo soy y lo se. Soy fuerte, lo soy y lo se. Pero es el miedo el que pone todo patas arriba, desde mi coraje hasta mi sobrada osadía, sin olvidar que mis espaldas cargan con todo eso y nunca se han quejado.

No es fácil ser una misma, en ocasiones; pero no lo cambiaría por nada del mundo, a diario. Soy lo que soy a base de vivir cada día dentro de esta piel paliducha. No es fácil, pero tampoco lo fue el camino que he recorrido y mira, aquí sigo, de pie, mirando a la vida a los ojos y en ocasiones, hasta guiñándole un ojo.
Es fácil entender quién soy sabiendo de dónde vengo y cómo he llegado hasta aquí. Es fácil, si me conoces. Soy lo que veis envuelto en millones de circunstancias que me hacen única e irrepetible. A veces estúpida y a veces increíble, pero siempre única.

No me da miedo las tardes de diciembre, ni los domingos lluviosos. No me dan miedo los kilómetros, ni el silencio. No me da miedo el no saber o el no estar. No me da miedo tener miedo, de verdad que no. No me da miedo la prisa o las dudas. Solo me da miedo dejar de estar, dejar de ser, dejar de existir… No me refiero a la manera tradicional… ¡Hay tantas formas de dejar de existir, que de tantas que ahí… Existes!

Quiero seguir aquí, en este mismo punto dónde antes me sentía segura y feliz. Quiero seguir y que nada cambie, que evolucione, que el tiempo pase pero sin que nada cambie.
Quiero que, a pesar de que ese tiempo corra y salte por nuestras vidas y por nuestras memorias, sigamos en este mismo punto, en este sofá y en este domingo lluvioso, de lluvias calientes y velas con aromas, pero aquí.